PAUTAS PARA INICIAR BIEN EL AÑO

El fin de año es recurrente en deseos e ilusiones. Cada 31 de diciembre decimos y escuchamos buenos augurios para el año venidero. Esto es loable, pero los deseos se difuminan como el humo, resta un paso fundamental: transformar los deseos en objetivos a fin de evaluarlos permanentemente.

Uno de los descubrimientos importantes en la psicopedagogía moderna tiene que ver con la actitud. La actitud es una disposición de nuestra mente para actuar de un modo determinado. Es una postura que tiene la persona para enfrentar la vida. Es fundamental en el comportamiento de los seres humanos, a tal punto que, si usted cambia de actitud, cambia su vida.

Una mala actitud es como una llanta baja, usted no puede ir a ningún lado hasta que la cambie. Estas actitudes negativas emergen de nuestra mente, debido a que no somos capaces de controlarla. Ella domina y condiciona nuestra forma de ser y de vivir. Si la alimentamos de noticias negativas, de libros depresivos, de ideas pesimistas, no habrá mucho que hacer. Uno de los secretos para tener una actitud positiva, entonces, tiene que ver con la calidad de información que introducimos en la mente. Por tanto, somos nosotros mismos quienes programamos nuestra actitud.

Y es que el problema no es problema, es nuestra actitud ante el problema la que incide directamente en él y lo convierte en una crisis o en una oportunidad. Tal vez la única discapacidad en la vida sea la mala actitud. Por ello, la primera pauta para iniciar bien este año, es modificar o mejorar nuestros hábitos. Pasamos mucho tiempo distraídos en redes sociales o conectados al televisor escuchando noticias de crónica roja o cosas por el estilo. Empleemos ese tiempo más inteligentemente leyendo literatura espiritual, motivadora, de superación personal. Así mejoraremos nuestra percepción respecto a la humanidad y adquiriremos salud emocional. Ésta es una decisión que hay que tomar ahora.

Un segundo hábito de comprobada eficacia tiene que ver con el ejercicio físico. Hay que moverse, dinamizar el cuerpo, ejercitarlo en todo momento. Una caminata diaria de una hora, o un trote donde respiremos aire puro, son indispensables y tienen efecto terapéutico.  El ejercicio mejora nuestra salud física, emocional y psicológica. Esto está comprobado.

Finalmente, es importante plantearse la posibilidad de integrar grupos o movimientos que contribuyan al desarrollo de la sociedad y de la humanidad. Grupos de personas que sirvan a los demás. Al conocer personas proactivas, solidarias, generosas, redescubriremos nuestra identidad y la misión de nuestra vida. Esto ayudará mucho en nuestra realización personal.

Que, en nuestra agenda diaria, desde hoy, conste el ejercicio físico, fijo y permanente. Que conste la lectura de buenos libros de superación personal o de motivación. Que incorporemos grupos o amistades positivas a nuestra vida, que nos enriquezcan el ánimo y nos proporcionen alegría para disfrutarla.  Es claro que una mente negativa jamás podrá darnos una vida positiva.

Si somos capaces de tomar estas pequeñas decisiones y modificar desde hoy nuestra agenda diaria, seguramente tendremos un feliz año nuevo.

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