RECICLANDO LAS CRISIS

Las crisis se han constituido en compañeras perpetuas de la humanidad. El diccionario las define: “son cambios profundos y de consecuencias importantes en un proceso o en una situación, o en la manera en que éstos son apreciados” La connotación es siempre peyorativa, y, por tanto, en la mayoría de casos, se las asocia con problemas, dificultades y adversidad.

Habrá que aprender a reciclarlas y a trabajar con el dolor.

Una antigua dinastía de oriente era famosa por sus jarrones de porcelana. Nadie hacía jarrones tan bellos y originales.

Cuentan que cuando el artista terminaba el nuevo jarrón, lo decoraba con tintes admirables, lo sacaba con esmero del horno y se deleitaba observándolo. Enseguida hacía algo inesperado: se subía a un escaño, y arrojaba con fuerza el jarrón contra el piso, rompiéndolo.

Después, el artesano unía con cuidado todos los pedazos rotos, con una filigrana de oro. Y, aquel espléndido jarrón, se transformaba en una joya. Lo que parecía terminado no lo estaba, hasta que lo rompían…

 A veces las crisis son necesarias y hasta imprescindibles. Sin ellas podemos quedarnos en la superficialidad y en la mediocridad. Son eventos fundamentales para volver a nacer o para morir. Son circunstancias que dan a luz algo nuevo. Ellas nos obligan a crear y a innovar. Sin crisis no hay desafíos. No hay méritos.

La crisis sanitaria, que aún afecta al mundo, también ha dejado una estela positiva. Todo depende de cómo miremos. Hoy valoramos mucho más la vida, la salud. El tiempo en familia, el café con un amigo, un abrazo. Creo firmemente que la conciencia de la humanidad ha evolucionado con el sufrimiento, y hoy somos capaces de vivir con mayor intensidad y de apreciar mejor los detalles de la vida.

A veces no es posible ni inteligente, esquivar las crisis, ni el dolor inherente que traen consigo. Hay que ir a través de ellas para llegar al lugar al que debemos ir. Allí nos encontraremos con nosotros mismos. Tal vez las personas más fuertes de este mundo son aquellas que tienen más cicatrices.

Muchos de los más grandes inventos de la humanidad han surgido en medio de las mayores dificultades. Las crisis son oportunidades para crecer desde dentro, y para que el ser humano pueda elevarse más allá de sí mismo.

No hay victoria sin sufrimiento.

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