Cuenta Spenser Johnson en su libro ”¿Quién se ha llevado mi queso?”, la fábula de dos ratones y de dos pequeños que tenían asegurada su vida, pues podían acceder con facilidad a una gran recámara llena de queso. Vivían sin preocupaciones y hasta sin trabajar. Su comodidad era grande. Cierta vez, cuando se dirigían a saborear el rico queso, se dieron cuenta con horror, que el queso ¡no estaba! Se lo habían robado…
Los ratones, inmediatamente, se dispusieron a buscar otro, pero los pequeños no, más bien comenzaron a gritar: ¿Quién se ha llevado mi queso? Maldecían a todo el mundo y se deprimieron totalmente. Al cabo de varios días de hambre, uno de ellos entendió que debía salir a buscar otro queso, pero no se arriesgaba, porque ¡tenía miedo! El miedo lo paralizó varios días más, hasta que al fin se decidió y comenzó la búsqueda. Todo era nuevo, ya no había seguridad ni comodidad. Finalmente lo hizo, halló un queso ¡NUEVO!
Mientras buscaba este queso nuevo, cayó en la cuenta que el queso anterior estaba ya en mal estado. Y que si hubiese sido proactivo, se hubiera adelantado al cambio y no habría perdido tanto tiempo llorando por su estabilidad anterior.
¡Es hora de romper con lo antiguo! Es la hora del cambio.
¿También se han robado su queso amigo lector? ¿Cuál era su queso? ¿Aquel proyecto que le dejaba buen dinero, pero que al mismo tiempo le impedía progresar? ¿Aquella estabilidad laboral?, ¿aquel ambiente familiar tan hermoso que no fue capaz de cuidar y que ya es irrecuperable? No llore más. Le invito a buscar un queso nuevo. A volver a empezar de cero. A recibir este día como una oportunidad maravillosa para hacer historia y trascender. No todo está perdido. Levántese. ¡AHORA! A caminar otra vez, venciendo el miedo disfrazado de prudencia.